Las organizaciones comunitarias: un pilar fundamental para sostener los cuidados en los barrios populares

Las organizaciones comunitarias trabajan en barrios populares de todo la Argentina para brindar cuidados a miles de chicos y chicas. En el marco del proyecto Cuidados Comunitarios, que llevan adelante ONU Mujeres y la Asociación Lola Mora, trabajadoras y trabajadores de las Organizaciones de Lxs Chicxs del Pueblo reflexionaron y debatieron en talleres acerca del reconocimiento del trabajo que realizan y de la relación de las organizaciones sociales con el Estado.

“Para criar a un/a niño/a hace falta un barrio entero. Una organización, un pueblo, un Estado de derechos” es la adaptación de una frase de una tribu africana que las Organizaciones de Lxs Chicxs del Pueblo resignificaron basándose en la realidad de los barrios populares de Argentina. Este colectivo conformado por más de 400 organizaciones comunitarias (a las que llaman “casas”) asume la crianza colectiva de chicos y chicas, brindándoles educación, alimentación, salud y amor, es decir, cuidados en un sentido amplio.

La organización tiene una continuidad con el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, fundado por Alberto Morlachetti, Carlos Cajade y Quique Spinetta en la década de 1980 para dar respuesta a la crisis provocada por la dictadura cívico-militar, que dejó a miles de niños y niñas en situación de pobreza y exclusión.

“Somos una gran comunidad de comunidades en donde cada una conserva su total autonomía”, cuenta Paula Salinas, responsable de la comunicación institucional de Chicxs del Pueblo.

Lo que comparten todas las organizaciones es una serie de principios plasmados en una declaración. “Es una organización política, porque creemos que nuestro trabajo se consolida y se fortalece en la articulación y en la relación con el Estado”, explica Salinas. “Sabemos que el Estado, por su magnitud y por su propia dinámica, no puede llegar con un abrazo a la medida a cada pibe y piba de nuestros barrios. Entonces nuestras organizaciones, que son las que están en el barrio, las que conocen la realidad, las que saben qué es lo que pasa en cada cuadra, en cada familia, están allí con recursos del Estado dando respuestas”, agrega Salinas.

Las casas se organizan regionalmente para dialogar con el Estado en todos sus niveles (nacional, provincial y municipal), con el fin de articular la llegada de las políticas públicas a cada barrio con su propia impronta.
Pilu Montiel es educadora popular y está al frente de la casa Juntos a la Par, en el partido de Ensenada (provincia de Buenos Aires). ”Concebimos al cuidado como esencial en nuestra acción y tarea cotidiana y también en los objetivos que tenemos como organización comunitaria”, explica Montiel. “No sólo es el alimento; también es la mesa donde se charla, se conversa y se comparte la vida, donde chicos y chicas puedan compartir sus alegrías y tristezas y juntes educadores populares cuidando esas vidas y esos pibes, vamos construyendo presentes y futuros de vidas libres y felices”, sostiene.

La Escuela de educación popular para cuidadoras/es comunitarias/os

A principios de octubre de 2023 se llevó a cabo en Chapadmalal, el encuentro de trabajadoras/es de espacios comunitarios de la red, en el marco de la Escuela de educación popular de Lxs Chicxs del Pueblo. El espacio tuvo como objetivo fortalecer las capacidades de las personas que se desempeñan en las tareas de cuidado en el territorio. Paula Salinas, junto a Claudia Bernazza, referente de Lxs Chicxs del Pueblo, y un equipo de compañeras/os, tuvo a su cargo la coordinación de los talleres desarrollados en las tres jornadas del encuentro, que contó con la presencia de cientos de representantes de espacios de cuidados nucleados en la organización.

En este evento, que contó con el apoyo de ONU Mujeres, la Asociación Lola Mora y el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de provincia de Buenos Aires, se desarrolló el taller “Es amor, es trabajo” en el cual se abordó la temática de los derechos laborales de cuidadoras/es comunitarias/os y los diferentes proyectos de ley relacionados con esta demanda.

«Lo que se vivió en este encuentro fue muy potente. Cientos de cuidadoras y cuidadores pensando su trabajo y pensándose como trabajadoras/es, con diferentes niveles de reconocimiento de sus derechos, pero con el convencimiento de que su labor es vital para los territorios en general y para las infancias en particular. Y todo en el marco de un ejercicio de lo comunitario, en el que comparten debates, estrategias, saberes y experiencias que se llevan de vuelta a sus organizaciones», explica Gabriela Costagliola, representante de la Asociación Lola Mora.

Se trata de un trabajo por el que no siempre se cobra dinero y, cuando se hace, en general se percibe una compensación por medio del programa Potenciar Trabajo, que equivale a menos de la mitad del salario mínimo y carece de derechos laborales. La situación se encuentra naturalizada por las personas cuidadoras y por la sociedad en general, al punto que se considera una tarea que se hace por amor. De allí proviene la conocida frase de la historiadora italiana Silvia Federici “eso que llaman amor es trabajo no pago”, a la cual hace referencia el nombre del taller.

“Nuestro trabajo, que es amor, no está reconocido por el Estado. No estamos reconocides como trabajadores y trabajadoras y la verdad es que fue importante poder enunciarlo en el taller, poder contar que muchos educadores populares con grandes conocimientos y herramientas para elaborar en los territorios con nuestros pibes y pibas, se tienen que ir porque acceden a un trabajo formal donde tienen obra social y otros derechos. Nos produce una tristeza enorme”, reflexiona Montiel
Desde las Organizaciones de lxs Chicxs del Pueblo se han presentado diversos proyectos de ley en el Congreso de la Nación para el reconocimiento del trabajo comunitario, su declaración de interés público y la creación de un régimen especial para esta actividad. 

“Es una deuda histórica que tiene el Estado. El rol del trabajador comunitario es central; por esto también militamos por su reconocimiento, no sólo del valor social, sino también del aporte económico que este trabajo realiza realmente al Estado y a la comunidad toda”, dice Paula Salinas.

* El taller “Es amor, es trabajo” forma parte de las acciones de fortalecimiento que el Proyecto Cuidados Comunitarios de Asociación Lola Mora y ONU Mujeres lleva adelante en la provincia de Buenos Aires. Su objetivo principal fue fortalecer las redes de organizaciones de base que prestan servicios de cuidado para contribuir a la transformación de las precarias condiciones laborales en empleos formales, con un enfoque de derechos.

 Algunos de los temas abordados en el taller fueron:

– El reconocimiento del valor social y el aporte económico del trabajo de cuidado comunitario.
– Los derechos laborales de las cuidadoras comunitarias. Propuestas para su reconocimiento legal.
– La jerarquización de los trabajos de cuidado.

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