MUJERES, ASISTENCIA Y DEMANDAS EDUCATIVAS ANTE LA SUSPENSIÓN DE LA PRESENCIALIDAD ESCOLAR EN LA ARGENTINA
El estudio buscó comprender de manera cualitativa cuál era la demanda de las escuelas a las familias, y cómo esta demanda terminaba recayendo sobre todo en las mujeres, tal como sucedía previamente. Se trata de una relación (escuela-familia) cuyos dos polos están altamente feminizados.
Según la encuesta realizada por Unicef en hogares con niños niñas y adolescentes durante la pandemia, el escenario familiar de sobrecarga de las mujeres se agravó. La ayuda en tareas escolares es realizada en especial por las madres en el 68 % de los hogares en comparación con el apoyo de los padres, que aparece en el 16%.
Se identificaron las demandas prácticas de la escuela a los hogares, que van desde coordinar los horarios y actividades escolares y el descanso, a tratar de explicar un contenido, resolver una situación, buscar información en internet o consultar en la biblioteca de algún vecino o vecina. “A este trabajo de cuidado de las mujeres lo hemos caracterizado como trabajo de asistencia educativa -explicó Sebastián Fuentes al presentar el estudio-, que implica un rol de apoyo y colaboración para el logro en los aprendizajes, por parte de madres -en la mayor parte de los casos- o padres, aunque no se hayan formado para ello”. Un dato relevante es que el 40% de lxs asistentes educativxs no terminó la escuela secundaria.
Las diferencias más marcadas entre las entrevistadas tuvieron que ver con el ámbito rural o urbano donde viven y las diferencias de clase. En el ámbito rural y de bajos recursos existen muchas más limitaciones de conectividad y tecnológicas, que impiden que las familias accedan a los contenidos escolares. Estas limitaciones provocan inseguridades, incertidumbre y estrés en las mujeres de los sectores populares, que recurren a estrategias como salir a buscar señal de wifi por el barrio, o esperar a que llegue su marido del trabajo con el único celular existente en el hogar. “Nos hemos encontrado con casos en que una madre debe decidir con cuál de sus hijxs continuar la escolaridad, debido a estas limitaciones”, relató Fuentes.
En los contextos interculturales la alfabetización en la lengua española se ha interrumpido prácticamente, sobre todo en nivel inicial y primer ciclo, en hogares con madres que hablan con dificultad el español.
Las demandas educativas de las mujeres de todos los sectores sociales pasan por la preocupación de la calidad de los aprendizajes y la dimensión social de la experiencia escolar. “Prefiero que mi hijx repita el año, a que lo pase sin aprender”, fue una frase frecuente entre las entrevistadas.
El estudio señala que uno de los desafíos para las políticas públicas es el reconocimiento de ese rol de asistente educativa de las mujeres, que no implica desconocer el rol específico del cuerpo docente. Para ello se podrían pensar prácticas, orientaciones y capacitaciones donde se visibilice, se generen materiales y campañas de revalorización de ese rol y se piensen estrategias para problematizar esa desigual distribución de los cuidados relativos a lo escolar en los hogares.
Para la investigación presentada se entrevistaron a 54 mujeres de Mendoza, Córdoba, Salta y AMBA, entre ellas docentes, directoras y orientadoras escolares, muchas de ellas a su vez madres con niñxs escolarizadxs, y algunas referentes de organizaciones comunitarias, iglesias y merenderos.
13 de noviembre de 2020