"Cuidar en la ruralidad: las “Mujeres Alpí” de Colonia AborigeN


(Chaco, Argentina)

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Mujeres del grupo “Alpí”. Colonia Aborigen, Chaco. Abril de 2023

En abril de 2023 viajamos a la provincia de Chaco para conocer la experiencia del colectivo “Alpí, mujeres trabajadoras y unidas”, un grupo de mujeres Qom y Moqoit que realizan trabajos de cuidados para su comunidad. En su mayoría artesanas, se organizaron para encontrar una salida colectiva a la pobreza y para mejorar la calidad de vida de su pueblo.

Llegar a Colonia Aborigen no fue sencillo, ya que no hay transporte público directo desde Resistencia, distante poco más de 200 km. Hasta hace dos años, las probabilidades de lluvia obligaban a suspender el viaje, porque no había forma de recorrer con un auto común los 7 km de camino de tierra que la separaban de la ruta provincial 16. Hoy el pavimento es una realidad, pero en el pueblo sólo abarca las manzanas principales. 

Colonia Aborigen es un municipio habitado por varios pueblos indígenas, fundamentalmente Qom y Moqoit. Es una de las mayores comunidades indígenas del país, y en la memoria colectiva se la asocia a la “masacre de Napalpí”, genocidio racial ocurrido en la zona en el año 1924.

El lugar cuenta con una escuela primaria bilingüe, una secundaria y un hospital, que prestan servicios a lxs habitantes del pueblo, y a otrxs que viven en los lotes, a distancias de hasta 15 km, que recorren diariamente a pie o en moto para acceder a ellos.   

 

La organización

El grupo Alpí, (“mujeres” en qom) está conformado por mujeres de la comunidad, que comparten la identidad originaria. 

El origen de la organización se remonta al año 2000, cuando algunas de ellas se conocieron en los Encuentros Nacionales de Mujeres. En esa época eran solamente seis y componían un grupo con un dirigente varón, lo que llevaba a la reproducción de formas de liderazgos patriarcales tradicionales. Por eso decidieron acentuar en su acción las resonancias del colectivo feminista y cuestionar las desigualdades que sufrían por ser mujeres, incluso en el ámbito de la organización social y territorial. Fue así como en 2013 se conformaron como grupo de mujeres, con una fuerte identidad indígena. Hoy son cerca de 30. 

Lo que las unió y todavía las sigue uniendo, es la lucha por el reconocimiento de sus demandas, que combinan la doble especificidad de la desigualdad de género y racial, así como por derechos básicos, tales como vivir en un lugar digno, tener acceso al agua (una problemática extendida en la mayoría de las poblaciones rurales del Gran Chaco), a los alimentos y a servicios públicos como salud y educación, además de fortalecer el rol y la autonomía de la mujer indígena, potenciar la integración de las nuevas generaciones en cuanto a derechos adquiridos y su identidad, revitalizar la lengua y la cultura originaria y valorar y respetar la palabra de cada integrante.

Para las mujeres, el grupo Alpí es un lugar para trabajar, pero también para “mantener la cabeza ocupada” y recibir ayuda frente a situaciones de violencia de género así como también problemas económicos. El grupo les brinda no sólo la posibilidad de sentirse escuchadas, sino también de socializar y organizar iniciativas para mejorar la calidad de vida de lxs vecinxs. Las que viven más lejos hacen el esfuerzo de ir al espacio, ponerse de acuerdo y dividirse el trabajo colectivo. 

Las mujeres Alpí

Las mujeres Alpí prestan mucha importancia a la formación, por eso participan habitualmente de jornadas de capacitación en temáticas de género, en derecho a la salud, ESI y fortalecimiento político, entre otras temáticas. 

Fermina Notagai es la presidenta del grupo, y la primera mujer en postularse como candidata a intendenta en el municipio. A partir de esta postulación, a mediados del año 2023, Fermina logró ampliar su reconocimiento y erigirse como una lideresa indiscutible en su comunidad. Aunque no logró alcanzar el número suficiente de votos para ser electa, nos parece importante resaltar cómo al entrar en contacto con otro grupos y organizaciones, Fermina pudo conseguir los recursos simbólicos y sociales necesarios para disputar poder al interior de su comunidad.

Las trayectorias de las mujeres que participan de ese espacio se asemejan en muchos aspectos. Por ejemplo, todas dedican gran parte de su día a los trabajos de cuidados: de su familia, de la casa, de los animales y de la huerta, si la tienen. La provisión de agua, que llega en camiones cisterna desde la localidad de Quitilipi, también les demanda tiempo. María Marisel cuenta que dejó sus estudios en 3° año, cuando tuvo a su hijo. A partir de entonces se dedicó a su crianza y tuvo diferentes trabajos, algunos de cuidado, como niñera. Decidió volver a estudiar cuando su hijo creció y aprender el oficio de panadería y repostería para dedicarse a sí misma. Su mayor deseo es dedicarse a la carrera de auxiliar docente aborigen. 

Selvia vive en un paraje a 10 km del centro de Colonia Aborigen. Cuenta que su hijo pasa a buscarla en moto para llegar hasta el espacio de reunión y trabajo del grupo. Además, realiza artesanías con barro, técnica que les enseñó a sus hijos, quienes trabajan sólo en los tiempos en que no estudian, ya que tienen una producción familiar.

Como el grupo no cuenta con un espacio propio, comparte el edificio que les presta la escuela primaria bilingüe (de lengua castellana y qom). Algunas de las integrantes más jóvenes son maestras de la escuela y comparten la labor docente y militante en el espacio comunitario. 

Detrás del edificio trabajan en una huerta de uso comunitario para la cual juntan agua de lluvia con un aljibe de bomba. 

Mujeres del grupo “Alpí” exponen su trabajo cotidiano en el armado de artesanías. Colonia Aborigen, Chaco. Abril de 2023

La pandemia

Durante la pandemia del Covid 19 el trabajo del grupo de mujeres dio un salto importante cuando comenzaron a fabricar barbijos para entregar en forma gratuita a lxs habitantes de la comunidad. La crisis económica era tan profunda, que decidieron abrir un merendero y luego comedor comunitario para lxs chicxs del pueblo. De esta manera cobraron mayor protagonismo comunal.

En la actualidad, las mujeres del grupo Alpí producen artesanías de barro y cerámica y tejidos de cháguar, aunque principalmente confeccionan prendas de tela (delantales, manteles, accesorios de indumentaria, entre otras). Este proyecto tomó forma luego de que, en la pandemia, el Ministerio de Desarrollo Social de Nación les otorgara cuatro máquinas de coser industriales, hecho que se concretó mediante gestiones de integrantes de la Asociación Lola Mora.

El grupo, que ya había participado del proyecto “Todas somos trabajadoras. Alianzas por la Justicia Económica y la resistencia a la explotación del capital, el patriarcado y el racismo” (2019-2020) coordinado por la Asociación Lola Mora, presentó uno propio en la convocatoria “Construyendo autonomías” del Fondo de Mujeres del Sur y fue elegido. Consiste en la capacitación para el uso de las máquinas industriales y en la comercialización de sus productos a través de las redes sociales, ya que los circuitos de venta en la zona son reducidos y deben trasladarse varios kilómetros para poder venderlos.

Artesanía de las mujeres del grupo “Alpí” artesanías. Colonia Aborigen, Chaco. Abril de 2023
Whipala expuesta en el espacio de las mujeres del grupo “Alpí”, como símbolo de la lucha por los pueblos originarios. Colonia Aborigen, Chaco. Abril de 2023

La comunidad de Colonia Aborigen tiene muchas necesidades: agua y otros servicios públicos, empleo, justicia con perspectiva intercultural y de género. Pero tiene a las mujeres Alpí, que han organizado comedores y merenderos populares en las coyunturas de crisis social más álgidas y que funcionan, además, como un nexo fundamental entre la comunidad y el Estado (cuando alguien tiene que hacer un trámite de ANSES, pedir un turno médico en el hospital público de la zona, o pedir un auxilio a la policía en los casos de violencia de género).
Pero sobre todas las cosas, el grupo Alpí es una construcción comunitaria donde permanentemente se pone de manifiesto la posibilidad de construir un proyecto político colectivo, con perspectiva interseccional, es decir, atento a las demandas específicas de las mujeres, rurales e indígenas.

Conclusión

Resulta importante conocer las experiencias de resistencia y resiliencia colectivas de las mujeres no sólo en Buenos Aires, sino también de otros territorios del país, como en la provincia de Chaco. En estos territorios, las mujeres se hacen cargo de una multiplicidad de tareas productivas, cuidados y trabajo no remunerado, a lo que se suman enormes dificultades de acceso a servicios públicos, comunicación y transporte.
Además, en los ámbitos rurales, los estereotipos de género tradicionales siguen estando muy presentes, definiendo roles, tareas y expectativas para cada género, lo que se expresa en una marcada división sexual del trabajo y en lógicas patriarcales profundamente arraigadas.

Por eso, la articulación de la Asociación Lola Mora con el grupo Alpí resultó una experiencia valiosa. Asimismo, gracias al apoyo de Fondo de Mujeres del Sur, la organización logró fortalecerse y tener mayor visibilidad, y Fermina llegó a ser candidata a intendenta, erigiéndose como una importante referente territorial.
Apoyar a lideresas como Fermina resulta fundamental para toda la comunidad, ya que en muchas ocasiones estas mujeres llevan adelante proyectos colectivos con escaso apoyo estatal, realizando distintas labores sociales y comunitarias, e involucrándose en distintas luchas respecto de la defensa del agua, de la tierra y por el reconocimiento de su identidad cultural. En este sentido, valoramos la importancia de reconocer y escuchar sus demandas y necesidades específicas desde una mirada interseccional y situada en el territorio.

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